Un poco de historia
Según otros autores el nombre hace referencia a las nodrizas (también conocidas como amas de cría o amas de leche), procedentes del valle cántabro, que amamantaban a los hijos de los burgueses granadinos por este lugar, durante gran parte del siglo XIX.
Estas robustas mujeres, a veces llamadas “Normandas españolas”, abandonaban su hogar y su familia, después de haber parido y amamantado a su hijo durante unos meses. La mísera situación en la que vivían las arrastraba a ganarse la vida amamantando a los hijos de los burgueses y se dirigían a lugares, como Granada, Madrid, o Sevilla. Durante el trayecto, que duraba varias semanas, se llevaban un perrito recién nacido, al que daban de mamar durante toda la expedición, para que no se les cortara el flujo de leche. Una vez llegaban a Granada, se hacían ver por la Plaza de las Flores, donde eran contratadas, por necesidad o por ‘capricho’, por las mujeres de la burguesía granadina a punto de ser madres. Las nodrizas debían pasar un reconocimiento médico y sin su aprobación no se les entregaba al bebe. Los niños en muchas ocasiones eran amamantados en la misma plaza. Las mujeres se sentaban en el suelo, o en las piedras que forman el borde de los portales.
Una vez finalizada la estancia de la nodriza pasiega en Granada, regresaba a su lugar de origen. Parte del dinero ahorrado servía para pagar a la nodriza que se había quedado con su niño en el pueblo.